En la segunda guerra mundial se produjeron muchas historia sobresalientes que dieron la vuelta al mundo, y también lo conmovieron hasta robarle unas cuantas lagrimas debido a su contenido de supervivencia de una persona y su voluntad tan grande por querer seguir viviendo.
Muchas de estas vivencias marca la historia del cine como la gran obra cinematográfica el pianista.
Wladyslaw Szpilman (Adrien Brody), un brillante pianista polaco y judío, escapa de la deportación. Obligado a vivir en el corazón del ghetto de Varsovia, comparte el sufri-miento, la humillación y los esfuerzos. Consigue escapar y se esconde en las ruinas de la capital, donde un oficial alemán acude en su ayuda y le ayuda a sobrevivir, Wladyslaw Szpilman tenía 27 años cuando estalló la guerra y ya era reconocido como uno de los pianistas polacos de conciertos más destacados. Estaba interpretando el Nocturno en Do menor sostenido de Chopin en la radio estatal polaca cuando la Luftwaffe bombardeó la emisora de radio hasta arrasarla.
Como judíos que eran, Szpilman y su familia fueron desalojados de su apartamento y apiñados junto con otros miles en el ghetto de Varsovia, donde el Pianista se ganó la vida como pudo, interpretando en los bares, en los que se reunían colaboradores y traficantes del mercado negro.
Fue uno de estos colaboradores judíos quien salvó a Szpilman del tren que llevó a su familia a la muerte en los campos de concentración. Gracias a una red de conocidos de antes de la guerra, a soldados de la resistencia y, sorprendentemente, con la ayuda de un oficial alemán, Szpilman sobrevivió a la guerra.
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